La paz de una familia es lo primordial.
Ciertamente los chicos necesitan seguir aprendiendo, es un ejercicio de cerebro, y es mejor que estén leyendo, pintando o jugando en lugar de ver televisión todo el día.
Pero (y dicen que luego del pero viene la verdad), el desarrollo de habilidades blandas, habilidades para la vida, de resiliencia, independencia, flexibilidad de pensamiento, cooperación, la capacidad de esperar y la creatividad, es aún más importante en este momento.
Vivimos un hecho histórico que en sí mismo nos provoca un estrés y una ansiedad mayor a la normal, lo nuevo nos pone ansiosos, el cambio y la incertidumbre nos pone ansiosos, entonces los adultos tienen su mente ocupada en otro montón de situaciones.
Todos estamos en un momento, ya de por si estresante y agréguele cumplir con las tareas académicas.
Estrategias básicas:
- Visualizar mi realidad como mamá o papá, aceptar mi realidad con mis virtudes y necesidades, sin pretender ser la mamá perfecta, poniéndome una autocarga mental.
- Además implica entender, conocer y aceptar a mi hijo o hija. Hay familias que están conociendo realidades que no habían visto.
Que la cantidad de tareas sea moderado para cada dia. Basadas en habilidades básicas y con contenido integral (no sólo escribir y escribir). En preescolar mucho jugar y cantar, en primaria un equilibrio entre trabajo de mes y hacer, moverse y jugar, en secundaria la carga (por las características de la etapa) suele ser más enfocada en lo académico. - Elegir un horario, sea el que sea, según la realidad de la familia. Intentar cumplirlo, siento me organizo es un poco más sencillo.
- Anticipar, el adulto debe leer y mantenerse informado de lo que hay que hacer para estructurarse mentalmente antes de empezar a trabajar con el estudiante. Leer los planes, las tareas, buscar los materiales, entender las plataformas, sacar dudas, etc.
- Escoger batallas, no todos los días son correctos para sentarse a hacer tareas. Empezar por las materias que más les gustan, negociar.
- Entender que esto es temporal y que es un sacrificio también temporal.
- Buscar la forma de encontrarle el lado amable a la situación, reírse, intentar disfrutar un tiempo que probablemente no se repita, están comiendo juntos, están compartiendo oportunidades, es un tiempo especial que debería.en un ideal para guardar recuerdos especiales.
Considerar que:
- Para los chicos está situación es igual o más estresante.
- Cuando la cuarentena pase ellos van a seguir siendo nuestros hijos y mi relación con ellos no puede verse mermada por una tarea.
- Yo soy el adulto, me toca buscar yo el equilibrio mental y emocional para poder transmitir paz a mi hijo..
La actitud lo marca todo, sino es un buen día para hacer tareas, cocinen juntos, laven trastes juntos, vean una película juntos, la educación implica una conexión primero, sino es imposible, el problema es no hacer ni lo uno ni lo otro.
Ni lograr estudiar, ni lograr convivir.
Hay que buscar un punto medio e intentarlo.
Imposible de lunes a viernes?, se hace los sábados y domingos.
Es algo temporal, ya regresarán nuestros fines de semana normales.
Enseñar en este tiempo valores como la gratitud, la capacidad de ser resilientes, la destreza de esperar, el hábito de cooperar, la habilidad de ser autorregulado y cada día más independiente es más valioso que cualquier libro.
La frustración y la culpa del adulto son un obstáculo para lograr ayudar a nuestros hijos en este momento en el plano educativo, hay que relajarse y volverlo a intentar.
Con una comunicación clara, desde los pequeñitos, esta es nuestra nueva realidad, vamos a hacer equipo y esta será nuestra estrategia, hablar claro como familia.
Vivimos un tiempo como ninguno en el viene a salir la necesidad urgente de comunicarnos efectivamente, repartir funciones y evaluarnos como grupo para ver qué podemos mejorar y dónde podría estar nuestro punto débil.
Las familias se están en muchos casos conociendo en áreas que no se conocían.
Después de la cuarentena seguiremos siendo padres y eso es lo único que no puede cambiar, el amor incondicional por nuestros hijos.
Inténtelo de nuevo, veamos el vaso medio lleno.
La actitud lo marca todo.